Conservación y Desarrollo Sostenible
Las mariposas que vemos volar en los mariposarios son criadas en sus países de origen por habitantes locales, la mayoría de las veces campesinos con pocos recursos económicos. Las plantas necesarias para criarlas son especies autóctonas sin otro valor comercial, por lo que mediante su cultivo se contribuye a la conservación y a la reforestación de estos hábitats. Esta actividad además de proporcionar a estas poblaciones una fuente de ingresos que mejora significativamente su calidad de vida, supone una valiosa contribución a su educación ambiental ya que les enseña a conocer, identificar y conservar las especies tanto de plantas como de mariposas propias de su entorno. Obteniendo un incentivo a cambio de preservar y cuidar el hábitat de las mariposas muchas otras especies de animales y plantas se benefician también de manera indirecta de esta protección.
Organizaciones como el Fondo Mundial Para la Vida Salvaje ha incluido estos proyectos en sus programas de conservación para países con gran diversidad biológica pero con un elevado índice de deforestación. Los beneficios económicos obtenidos de esta forma pueden ser un ejemplo y jugar un papel importante en la transición hacia un uso sostenible de los ecosistemas más diversos de la tierra.
Beneficio económico = Desarrollo = Educación = Conservación
Actualmente existen proyectos de cría de mariposas en:
Costa Rica, Colombia, El Salvador, Ecuador, South Africa, Kenya, Tanzania ,
Madagascar , Madagascar, Sri Lanka, Thailand, Indonesia, Philippines, China, Australia.